La crisis económica de 1929 y su repercusión.

La crisis económica de 1929 y su repercusión.

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Antes y durante el conflicto mundial de 1914 a 1918, los grandes propietarios o accionistas de compañías podían darse el lujo de prender sus tabacos con billetes de 5 dólares. Pero… muchos, la mayoría de ellos quedaron de la noche a la mañana arruinados al terminar los primeros treinta años del siglo. ¿qué sucedió en el mundo? ¿se perjudicaron solamente las empresas capitalistas? ¿qué consecuencias tuvo ese fenómeno en América Latina?

Gran crisis de 1929: hundimiento económico de Estados Unidos.

  La gran prosperidad reinante en Estados Unidos se paralizó en un día: el 29 de octubre de 1929. El valor total de las acciones de todas las compañías capitalistas del país bajó catorce mil millones: en esa fecha la mayoría de millonarios vieron sus fortunas reducidas a papeles (las acciones) sin valor alguno. La crisis duró hasta 1933. En esos tres años, los créditos dejaron de pagarse, los comerciantes suspendieron pedidos a las fábricas y éstas redujeron su producción. Bancos, negocios, fábricas y oficinas cerraron quedando sin empleo un total de catorce millones de personas.

     
     La crisis se extendió al resto del mundo. Estados Unidos suspendió sus créditos y compras a los demás países, y solicitó a los deudores que le pagasen. Los préstamos pasaban los ocho mil millones de dólares. Alemania no pudo continuar pagando reparaciones a los Aliados y éstos (Gran Bretaña, Francia y otros) dejaron de pagar sus deudas a los Estados Unidos. Alemania quedó sin bancos; todos cerraron también muchísimos en Austria, Yugoeslavia, Rumania, Italia y demás países Europeos. El Banco de Inglaterra se quedó sin suficientes reservas de oro pues los ahorradores cambiaban billetes por monedas de oro. El desempleo, la agitación y el hambre se generalizaron en toda Europa.

¿a qué se debió este hundimiento económico? A varias causas:

• La especulación sobre las inversiones y el afán de enriquecerse fácilmente. Los bancos y empresas venían emitiendo acciones (documentos representativos del capital que un socio aporta a una compañía) en cantidades desproporcionadas a la real situación de la economía del país. Las gentes compraban acciones bajo el influjo de la propaganda, confiando en la capacidad de las empresas de continuar creciendo y produciendo; pero sin informarse cuál era la situación de las compañías. Llegó un momento en que las acciones bajaron y se produjo el pánico ante la realidad.

• El desequilibrio entre la inversión y el consumo por la desigual distribución de los ingresos. Como las personas que más invertían recibían más dividendos o intereses del capital representado en acciones, resultó que los capitales invertidos en empresas de automóviles, yates, pieles y artículos de lujo fueron superiores a las posibilidades de los compradores o consumidores de dichos artículos. Llegó un momento en que había más capital en esas empresas y una superproducción de dichos objetos que no tenía compradores suficientes en Estados Unidos y Europa.

• La decadencia moral de los estadounidenses fue otra causa no menos importante. Las riquezas y prosperidad habían hecho perder virtudes y la estricta moral puritana de la nación. El desenfreno por el dinero corrompió a la gente. Por algo aquella época de los famosos gánsters como Al Capone a quien el público más bien admiraba que temía.

La política del New Deal de Franklin D. Roosevelt salva la situación.

Todo parecía indicar que estaba a punto de cumplirse la profecía de Carlos Marx del ruinoso fin del capitalismo. Pero no sucedió así. El partido republicano, tan vinculado a los actos imperialistas de principios de silo, perdió las elecciones y subieron al poder los demócratas con Franklin D. Roosevelt (1933). Este Roosevelt era muy distinto del tristemente célebre Teodoro Roosevelt. El nuevo presidente se empeñó a dar un nuevo trato (New Deal) al pueblo, “al hombre olvidado en el fondo de la pirámide económica” para lo cual pidió y obtuvo del Congreso facultades extraordinarias a fin de llevar a cabo su obra: ayudar a los desempleados, mejorar la agricultura y la industria, conceder beneficios sociales a los trabajadores. Casi todas las industrias del país quedaron bajo control del gobierno para impedir superproducción y garantizar trato y salarios justos a los obreros. En dos años el país comenzó a recuperarse. 

Reactivación de la industria: el gobierno ofreció créditos, fijó un salario mínimo, redujo la semana laboral y aumentó los precios de los productos.

Obras públicas: se aumentó el gasto público para la construcción de carreteras, puentes, hidroeléctricas, escuelas, entre otros., con el objetivo de aumentar el empleo.

Protección a la agricultura: se elevaron los aranceles o impuestos agrícolas y se garantizaron los precios al productor, comprando excedentes o pagando a los agricultores para que no produjeran. Se extendieron subsidios a los productores.

Control del gobierno: se establecieron leyes para controlar las actividades de las bolsas, los bancos y las aseguradoras. 

El capitalismo abandonó las ideas clásicas del liberalismo.

En el fondo, la crisis de 1929 fue la crisis del sistema capitalista causada por la ciega confianza en las teorías de liberalismo económico que, según recordamos, insistía en la libertad de producción, cambió, consumo y trabajo, cuyo equilibrio se lograba dejando actuar libremente a las leyes de oferta y demanda. El estado debía ser un “gendarme” o policía para impedir huelgas y desórdenes pero no debía intervenir en la economía.

Sin embargo, el presidente Roosevelt con el New Deal había intervenido en el proceso económico y también los demás gobernantes europeos dictaron medidas tendientes a la recuperación económica. Esta práctica se generalizó en las décadas siguientes con la aceptación de las ideas del inglés John M. Keynes (1883-1956). Este economista analizó los problemas en el conjunto de la sociedad y no sólo del consumidor individual; rechazó el rígido principio  de que la ley de la oferta y la demanda es natural y espontánea, demostró que el empleo depende del ingreso nacional y concluyó que éste tiene que ser igual al consumo más la inversión. La aplicación de sus ideas permitieron la recuperación del capitalismo, pusieron fin al liberalismo económico del silgo XIX y demostraron la necesidad de intervención del Estado en el proceso económico. De ahí que Keynes sea conocido como el padre del neoliberalismo de las décadas del 30 al 60.

La crisis en Latinoamérica 1929.

• Como Estados Unidos y los países europeos redujeron las compras, bajaron las exportaciones de los productos americanos y, por consiguiente, bajaron los precios de los mismos y el ingreso nacional de cada república que dependía básicamente de los impuestos sobre el comercio.

• Todas las repúblicas se quedaron sin créditos, pues los bancos extranjeros no podían hacer préstamos y al no tener créditos ni capitales por la baja de las exportaciones, tuvieron que reducir también                                                                        sus importaciones.

•  Desde luego, todas las naciones no sufrieron con igual intensidad la crisis. Los más afectados fueron los que tenían una economía basada en productos de exportación agropecuaria a Estados Unidos, como las repúblicas centroamericanas y las islas del Caribe; también los países exportadores de minerales, como Chile. Por el contrario, en países como Colombia, donde existían menos inversiones y dependencia de los capitales extranjeros, la economía no se resintió tanto.

• La crisis aceleró el proceso de cambios sociales, políticos e ideológicos que venían viviendo nuestros países, pues el desempleo, la baja de los salarios y el malestar provocaron revueltas, golpes de Estado y hasta revoluciones.
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• La necesidad de encontrar una solución a los problemas llevó a los gobiernos a intervenir en la economía con medidas para crear nuevas fuentes de trabajo a los desocupados, fijar derechos de aduana, organizar cajas de ahorro, entre otros.
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• Ante la posibilidad o dificultad de comprar a Europa y disminuir las importaciones a Estados Unidos, se vio que la solución estaba en producir en el propio país lo que se compraba en el extranjero, o sea industrializarse. Así en América Latina, la industrialización comenzó casi un siglo después que, en Europa, aunque con muchas diferencias y sin las proporciones que alcanzó en los países europeos y en Estados Unidos.

• Los Estados Unidos tuvieron que cambiar su política hacia las naciones de Latinoamérica.

Bibliografía:

Historia de América, colección Nuestro mundo y sus hechos, Augusto Montenegro González In memoriam.  Editorial Norma 1984. Pág. 224-227 

      Hipertexto Santillana sociales, Liceo Salazar y Herrera, edición 2010 página 23.

webgrafía:

Google.com/imágenes.crack del 1929.